Resumen viajes año 2017

No quería terminar el año sin echar la vista atrás para ver cómo han sido estos meses; es un ejercicio mental que siempre viene bien. Este año, que a veces ha parecido tan largo (suele coincidir este pensamiento con las horas de trabajo, no sé por qué ;)) y al final, sin embargo, se me ha escapado rápidamente de las manos.

Viajar es lo que me impulsa muchas veces a seguir avanzando, es lo que me motiva, lo que más me llena y lo que me hace sentir bien, por ello mi resumen anual va enfocado a los viajes.

Vamos allá.

El primer viaje de 2017 fue a Madrid, en febrero. Un fin de semana largo con un objetivo concreto que me hizo pasar un fin de semana estupendo. ¡Que bien se come en Madrid y cómo me gusta esa ciudad! Creo que no podría vivir bajo su constante estrés, pero desde luego, me encanta ir de vez en cuando a perderme por sus calles y su mágico ambiente.
Ese fue un fin de semana de turismo total. Visité el Palacio Real, me moví como pez en el agua por Malasaña, comí en un coreano (¡que rico estaba!) y me pateé Madrid de arriba a abajo.

También en febrero nos juntamos todas las amigas en Valencia durante un fin de semana para celebrar un cumpleaños, en mi barrio preferido, además. ¿Qué puedo decir? Ciudad favorita del mundo mundial + amigas es siempre buena combinación.

En Semana Santa tuve la suerte de poder viajar de nuevo a una de las Islas Baleares: Ibiza.

Creo que elegimos las mejores fechas para ir: apenas había gente, hacía buen tiempo (ni frío, ni calor), y pudimos disfrutar y recorrer la isla en coche. Nuestra intención era descansar, observar, relajarnos, disfrutar de esos maravillosos atardeceres y conocer una isla que nos quitó un trocito de corazón.

En junio llegó el turno de Cuenca. Un lugar totalmente desconocido para mí, de esos sitios que parece que no atraen a bote pronto pero que acaba conquistando. El puente más tranquilo y relajado de mi vida, ¡y eso que hasta se vino la Nena!

Alojados en pleno centro y con un casco histórico tan maravilloso, Cuenca es esa ciudad en la que pasamos dos días perfectos. Volveré.

De Cuenca me fui directa a China, a Pekín. El segundo viaje de mi vida a este gigantesco y contaminado país. Muy emocionante, la verdad. Esta segunda visita a China fue mucho mejor que la anterior. Tuve oportunidad de ver cosas que no había visto antes y tuve la suerte de poder vivir una de las experiencias más maravillosas del 2017: visitar la Gran Muralla China. Nunca he sudado tanto en mi vida como recorriendo ese empinado tramado de piedras de siglos de antigüedad, pero vaya, cómo mereció la pena. El vello de punta, los ojos vidriosos de pura emoción, y yo ahí, en medio de las montañas en el tramo de Mutianyu. En fin, poco puedo añadir que no dijera ya en este post en el que hablé sobre mi experiencia allí.

En julio volví a pasar otro fin de semana en Valencia enseñando la ciudad a unos amigos. Cuando haces de guía turístico en una ciudad que ya conoces, te sientes un poco turista también. Además, hicimos cosas propia de turistas, lo cual me llevó a hacer algo que no había hecho nunca: subir al Miguelete. Experiencia que, por cierto, me gustó mucho. Se veía la preciosa ciudad entera y, además, disfrutamos del aire fresco allí durante un rato mientras charlábamos. Fue muy guay.

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Ayer todo salió bien. 🙏🏼

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El verano trajo consigo uno de los viajes más espectaculares y especiales que he hecho en mi vida: Escocia. Jamás pensé que este país me podía gustar tanto, hasta el punto de querer comprarme una casa y retirarme allí. ¡Qué país! ¡Qué belleza! ¡Qué paisajes!

Vale, no he visto tantos lugares en este mundo como para poder hacer un juicio y decir que posiblemente Escocia es uno de los más increíbles del planeta, pero es que creo que posiblemente lo sea. En las Highlands me emocioné, conduciendo por sus carreteras fui feliz y me habría quedado a vivir allí, de ser posible. Recomiendo a todo el mundo encarecidamente que vaya a visitar este maravilloso país. Es, sin duda, mi viaje del 2017.  ¿Sabéis lo que mola cumplir años en un lugar como este? Volveré.

Escribí, por cierto, una serie de post narrando mi viaje en forma de guía, para ayudar a cualquiera que tenga intención de viajar allí. Están separados por días y podéis leerlos todos aquí:

Terminé las vacaciones y en septiembre volví a Friburgo, uno de mis lugares favoritos. Allí pasé los días más relajados del verano, dedicándome a la vida contemplativa y a disfrutar del verde de Alemania. Por cierto, viví allí de otras de esas experiencias maravillosas de este 2017. Una de esas cosas que no se olvidan: me crucé con un ciervo en libertad (hasta ahora siempre los había visto en cautividad) paseando por las montañas. Maravilloso.

En noviembre, tras dos meses de intenso trabajo y mucho estrés, llegó el momento de darse el gusto de viajar otra vez, esta vez para descansar al cien por cien. Así pasé un fin de semana en Calpe, donde no había estado nunca. No hice turismo, simplemente me dediqué a los mimos y el descanso y ¿sabéis qué?, mereció la pena.

Y llegó diciembre, un mes frío que siempre me trae algo bueno: el viaje con mi sis. Curioso el destino elegido cuando siempre solemos ir más lejos.

Extremadura resultó ser una grata sorpresa. No sé por qué en el resto del país tenemos la sensación de que Extremadura ese ese lejano y desértico lugar sin mucho qué ver ni qué visitar. Nada más lejos de lo contrario. Con la boca abierta me quedé todo el viaje de ver lo que tienen allí. ¡Madre mía! Es una comunidad tremendamente rica en historia (visigodos, romanos, musulmanes, judíos…) y con una tierra muy bella. Desde que volví no ceso de repetirlo: no he visto cielos como los de Extremadura. Y a pesar de que para dos pseudovegetarianas el comer resultó algo complicado, nos volvimos con la sensación de que Extremadura nos gustó y mucho, y que nos trató también muy bien. Sin duda, un lugar que recomendar y al que volveré.

Y así termina mi año, un año bueno y muy enriquecedor. He pisado un país nuevo del cual me enamoré, Escocia, pero también he conocido mejor España, la España que no sale en Instagram y, ¿qué queréis que os diga? me ha encantado.

Veamos qué nos depara este 2018. ¡Vamos a por él!

Que terminéis bien el año y empecéis el nuevo aún mejor. Nos leemos al año que viene, amigos.

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